Advertencia:
"Para aquel que robara, cogiera prestado o no retornara un libro a su legítimo propietario, que se transforme en una serpiente en su mano y se la desgarre. Que queda paralizado o todos sus miembros malditos. Que sufra el dolor pidiendo en voz alta clemencia, y que no se le permita recuperarse de su agonía hasta que se descomponga. Permítase a los gusanos de los libros que roan sus entrañas... y cuando vaya a alcanzar su castigo final, permítase que se consuma eternamente en las llamas del infierno"
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Un Cuento para Gabriela...

Filed Under (,) By Unknown a las 4:50 p.m.


Una paleta de la Rosa a quien me diga que fue real y que no en el siguiente cuento..
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La rutina me mataba, de la casa al trabajo del trabajo a la casa. Emergía del subterráneo entre una marea de gente decidido a abrumar mi pálida existencia empotrado en el sofá de mi sala cuando, bajo la luz de una farola, algo atrajo mi atención. No es por que antes no estuviera ahí, sino por que antes no le había visto el rostro. Era la misma prostituta de siempre, en la esquina de siempre, en mi ruta de siempre, con la cara de siempre, pero esta vez volteaba hacia mi.

Pasé delante de ella mientras me hacía una pregunta obscena a la vez que yo intentaba mirar sus ojos, no por que sea un fanático de las rameras, sino por que aún ellas son personas, y sé que por lo menos esta no se pasa la vida parada en su esquina (y ahora que lo recuerdo no siempre estuvo ahí). En su cuerpo se veían los estragos de la guerra de los sexos, su boca era una línea mal dibujada en el color oscuro de su cara, sus pechos flojos y caídos se esforzaban por mantenerse erguidos a fuerza de wonderbra, el estomago flácido y repleto de estrías, los brazos fofos y una piernas tan cortas que la hacían ver aún más obesa, remataban una escena que te hacia pensar (olvidándonos del entorno de una colonia baja-marginada, el hecho de que era la única “prostituta local” y de la luz ámbar que le daba un tono sepulcral y ocultaba la mayoría de sus imperfecciones) ¿Alguien de verdad pagaría por ella? ¿Habría algún hombre tan idiota y/o desesperado que por la noche y bajo esa luz la encontrara especialmente atractiva?

Y entonces como para responderme levantó la vista, la luz se reflejó en su cabello rizado (que lejos de lo esperado estaba realmente bien cuidado y brillante) un juego de largas pestañas surcó el aire y descubrió un par de ojos del color de la madera, no de la madera común, sino de madera fina, madera de roble rojo, madera de maderas que combinaba con su piel tostada que imitaba el color de un buen café y entonces comprendí que quien la buscara no la buscaría por su cuerpo, no habría sexo con el cuerpo, sino con los ojos, la ventana del alma...

Me acerqué, aún no sé por qué pero me acerqué, la pregunta obligada sería ¿cuánto? Pero en vez de eso hice lo mas estúpido que puede uno preguntarle a una “puta”. Contra toda lógica le pregunte su nombre.

-¿Y como te llamas?
-¿Y cómo quieres que me llame? Contestó ella sin inmutarse
-no lo sé, supongo que es de esas cosas que la gente no te pregunta a menudo
-No, no lo es. Pero dime entonces, ¿cómo te llamas tú?
-Angel, Angel Caballero.
-ése no es tu nombre, en todo caso será tu descripción, así que tu puedes decirme Ramera Callejera y estamos a mano.
-esa no es tu descripción, podría decirte Morena Guapa y aún así no sabría jamás tu nombre.
-En este mundo de mascaras, ¿quién necesita un nombre?
La frase final me bañó cual agua helada (pues era mía, y claro que a los 16 años la decía mucho pero nunca la había escrito), y en sus ojos vi algo familiar pero no dije nada, pues para empezar no sabía que decir, aunado al hecho de que su voz me regresó al presente de golpe con una pregunta poco cortés y mal formulada
-¿Cojemos o te vas?
-y bien, ¿Cuánto Morena? -dije más bien movido por el morbo de saber donde había escuchado aquella frase con la que yo evitaba dar mi nombre.
-Son $300 mas el cuarto, hay un hotel que cobra $200 aquí a dos cuadras así que son $500 en total.
-Vamos a hacer una cosa: te doy $500 pero hay 2 condiciones: la primera es que nos vamos al motel Venecia y, lo que es más, yo pago el cuarto; pero la segunda es que me des tu nombre.
No le costó trabajo aceptar, pues (como supe después) generalmente regateaban y terminaba acostándose por $100 en algún rincón oscuro de la calle. La llevé al motel de 4 estrellas y con una inusual dureza pidió el pago adelantado y comenzó a desabrochar su blusa.
-¿como te gusta galán?, es decir “Angel”...
-me gusta con 2 cosas que jamas podrás hacer, con mi novia y con amor, así que espera un poco y ven a sentarte junto a mi un momento.
Ella me miro desconcertada, casi divertida, sus ojos cafés brillaron sagaces y su blusa a medio desabotonar dejo al descubierto un juego de lencería barata.
-ahh eres uno de “Esos”, yo creía que no existían, que solo eran cuentos de otras chicas de la profesión...
-me intrigaba saber quienes eran “esos”, (que me sonaba desde vouyeurismo hasta homosexualidad) pero me abstuve de preguntar. 
No obstante cual si me hubiera leído la pregunta en el rostro me la respondió. 
-a veces cuando nos juntamos y platicamos en el vaso (un bar de mala muerte donde sirven unas micheladas del asco) alguna cuenta acerca de un tipo como tú, que paga bien y todo lo que quiere es platicar, casi como burlarse de una que no tiene otro modo de ganarse la vida, como si pidiéramos limosna por nuestras habilidades.

Le dije que no le daría limosna, que si prefería los $300 se los daría gustoso, pero se apresuró a decir que un trato era un trato y que no me echara para atrás.
-¿entonces aceptas platicar conmigo un rato? Pregunte mientras sacaba mi grabadora de bolsillo de la gabardina
-claro solo contéstame algo tú a mi primero, ¿por que razón prefieres hablar teniendo frente a ti un cuerpo como éste?
-ejem (iba a contestar “por asco”, pero supuse que se ofendería, la segunda opción fue “por amor, por que amo a mi pareja” pero pensé que se reiría en mi cara, así que decidí decirle una media verdad) pues por que soy escritor, y hacemos este tipo de cosas raras, así que empecemos por lo importante, ¿cómo te llamas Morena?
-Gabrielle, bueno Gabriela, me llamo Gabriela.
-No hubo necesidad de preguntar si era el nombre verdadero, un flash back me transportó a mis años de secundaria donde yo era un ladino Don Juan y defendí a una pequeña apenas un poco menor a mi de algunos muchachillos racistas que la apodaban “La Negra”. recordé como nunca hubo atracción entre nosotros, pero si un fraternal cariño desde entonces hasta que nos graduamos y dejamos de frecuentarnos.
-Creo que te conozco, -dije sin estar muy convencido- tal vez debería apagar la grabadora y abandonar esta locura.
-NO!, apágala si quieres pero no te vayas, yo aún no sé por que me conoces, ni de dónde, pero es claro que no tienes intenciones de acostarte y hace tanto que no hablo con nadie sin acostarme, sin mentirle, sin mentirme a mi...
Entenderá quien me lea, (o tal vez no y espero que así sea) el dolor de encontrarla en ese estado,  y dime ¿a quien le gustaría encontrar a su hermana menor convertida en prostituta? decidí seguir la charla, dejando encendido el aparato mientras bombardeaba a la demacrada Gaby con preguntas diversas y ella me contaba como su padre los abandonó (lo cual yo ya sabía desde la secundaria) y cómo su madre acababa de morir, dejándola a cargo de sus 2 pequeños hermanos. Gaby acaba de terminar con su ex-novio con quien vivió una relación controladora que la obligó a abandonar sus estudios, orillándola ahora con su madre muerta a tomar la salida fácil de la vida difícil del comercio con su cuerpo.
-Y ¿por qué haces esto? entiendo que tu madre ha muerto, pero ¿por qué la prostitución?, ¿por qué no robar o matar si buscabas dinero fácil?
-Eso es sencillo, es porque nadie me quiere. Yo digo que no puedo amar y que no tengo nombre, pero en secreto imagino que cada cliente me ama y que cuando se acuestan conmigo en realidad me hacen el amor y no gritan “Mayra”, “Johana”, “Luisa”, y otros nombres sino ¡Gaby!, y me dicen, “más fuerte Gaby”, “así me gusta Gaby”, “TE AMO GABY”. Y me engaño a mi misma imaginando que soy amada por un hombre, aunque ellos no lo sepan. Y que soy deseada, y que mis senos caídos y mis caderas horribles son en realidad curvas de diosa tal y como los amantes hacen sentir a sus parejas cuando las aman, cuando no son objetos de usar y tirar, cuando no hay pago por el sexo, sino sacrificio por amor...
-entiendo -dije yo tratando de parecer comprensivo- entiendo...
-¡tú no entiendes nada! -Me gritó furiosa- tú tienes amor, comprensión y apoyo. Tú tienes a tu novia, pero además tienes una familia! Tienes hermanos que te aman y hasta padres que te protegen y darían su vida por ti...

De nuevo una pausa, Gaby comenzó a Sollozar y yo me debatí entre poner mi mano en su hombro o limitarme a observar, decidiéndome por esto último y alentándola a continuar.
-adelante morenita, cuéntame
-Durante años recordé a Jacob (es decir a mi) como a mi hermano mayor, aquel que nunca me llamo “La negra” pensando que tal vez él sería un ingeniero consumado y que me cuidaría a mi y a mis hermanitos.
-¿quién es Jacob?
-era un amigo de la infancia, nos llevábamos muy bien, pero hace muchos años que ya no se nada de él.
-vaya morenita, y supongo que fue ese tal Jacob a quien le aprendiste la frase de los nombres y las máscaras.
-si así es, inclusive el jámas me dijo por mi nombre, el siempre me dijo...

Y el silencio reinó en la habitación mientras ella tomaba conciencia poco a poco de lo que estaba viviendo.
-Morenita Guapa -completé yo ante su asombro-
-¿Jacob? ¿Eres tu hermanito? ¡dime que eres tú, estoy tan sola! 
Se termina el lado de la cinta, me levanto sin hablar y lo cambio de lado, vuelvo a colocarme en la orilla de la cama y asiento sin pronunciar un sí, así sin palabras veo como sus ojos brillan, se llenan de lágrimas y entre lloriqueos grita mi nombre y se deshace en perlitas saladas...
-¿Por qué me dijiste que te llamabas caballero?
-así me dicen ahora, ¿por qué me dijiste que te llamabas Gabrielle?
-me gusta más como suena. ¿Entonces escribirás todo esto?
-seguro, lo que no sé es si dejaré que alguien lo lea, tal vez lo cambie un poco, respetando su esencia, pero nadie sabrá qué es cierto y qué no, creo que puedo cambiar tu nombre si así lo quieres...
-no gracias, me gusta mucho mi nombre.
-¿sabes? he decidido ayudarte, es decir, mi escrito no puede acabar así como así, dime morenita, ¿quieres cambiar de empleo?
-más que nada en el mundo
-¿aunque ganes mucho menos?
-Si es un trabajo digno que me permita mandar a mis hermanos a la escuela lo aceptaré gustosa.
-bien. Lo será, ahora si me disculpas hermanita quiero hacer una llamada.
Hice algo que no habia hecho en años, una buena obra. Llame a un antiguo amigo de la secundaria al que veia poco. Siendo él de familia acomodada, pensé que me ayudaría a encontrar una solución.
-Habla HJ, diga usted.
-¿Qué tal? habla Jacob, necesito un favor hermano (se que no es la manera mas grata de iniciar una conversación, pero el tiempo apremiaba)
-lo siento BRO (que igual podía significar “BROther” o “caBRÓn”), pero no tengo dinero, acaban de demandar a mi mamá y nos quedamos sin servidumbre. No hemos encontrado un ama de llaves que cobre barato y trabaje bien.
-entonces seré yo quien te haga un favor HJ, ya tengo a tu ama de llaves.
-¿y sabe bien de vidrios y de camas?
- de vidrios no sé, pero créeme, sabe más de camas que ninguna que hayas conocido...

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Anónimo on 10/20/2006 3:42 p.m.  

Yo adiviné lo cierto y falso del cuento... ¡Yo antes que nadie!.
Por lo tanto me gané la paleta.

¿Cuándo me la darás?. Te advierto que ya estoy babeando :P


Unknown on 10/21/2006 11:34 a.m.  

Ay lamento golpear asi tu autoestima, pero fuiste la unica que lo intento...

Total veremos ya que trabajes en Pisa.


Unknown on 10/24/2006 12:14 p.m.  

Yo Adivine primero!! (t consta!!) M daras mi paleta la prox. vez q valla a gdl??


Unknown on 10/26/2006 10:34 a.m.  

Te dare mucho mas que una paleta, y no adivinaste yo te tuve q decir por que te estabas sulfurando, te acuerdas?

nadie ha dicho si me llamo Jacob, o si la foto es real o no, pongan aqui sus teorias...


Hugo De la Torre on 11/05/2006 11:29 a.m.  

Sera el sereno, pero la redaccion me gusto mucho.

Felicidades.


aurelovett on 8/15/2008 9:36 a.m.  

De acuerdo, supongo este cuento tiene tiempo, eso me pasa por no conocerte antes jeje..
Verás no te conozco lo suficiente como para decir qué fue real y qué no, además ya varios me ganaron la paleta jeje XD.. ::)
Supongo que lo de la rutina es verdadero, de Ángel Caballero, también lo que defendías a alguien en la secundaria -y no tanto defenderla sino tratarla como humano, como debe de ser- qué más.. ah sí, probablemente viste a una prostituta, sí, dime incrédula pero no creo que sea Gaby... o más bien ese es mi deseo.

no sé qué sea cierto o falso, pero escribiste algo que nunca había escuchado "Me gusta con dos cosas que jamás podrás hacer, con mi novia y con amor..."